AMANTES
Cual dos gotas de agua, anhelaban fundirse y sus miradas encendidas robaban la intimidad a la noche. Sus cuerpos desprendían el dulce olor de la pasión, sus bocas volcanes candentes y sus lenguas flechas de fuego deseossas de traspasar el infinito.
Reinaba el silencio y la oscuridad cedía su lecho a los amantes que no eran conscientes de un testigo, la luna, que expectante y llena de curiosidad, como ave nocturna cernía sus dulces ojos sobre el escenario terrenal.
Y ya, despojados de pudor y creando su nuevo paraíso, iniciaron el mágico waltz. Como cisnes hipnotizados dejaron sus cuerpos libres al compás de una vieja melodía que parecía nacer en el eco de sus nadas...
Y, siguiendo los designios del instinto y guiados por una razón superior a su mismo entendimiento jugaron a ser uno.
Y tras el sueño, y de repente...se rasgó el silencio y un grito despertó a la madrugada, quien trajo consigo el despertar del alba. Así, los amantes volvieron a iniciar su viejo camino, pero ya nunca podrían borrar de sus mentes, cuerpos y corazones la huella de aquella acompasada noche que sellaría sus almas en un eterno fuego.